Raquel Meller (1888-1962)
Nació: el 9 de marzo de 1888, en Tarazona.
Murió: el 26 de julio de 1962, en Barcelona.
Cantante, cupletista, actriz, musa de intelectuales, sex-symbol, mujer independiente... antes de todo ello, Paca Marqués trabajaba en un taller de confección barcelonés cuando alguien reparó en su voz. Debutó a los 20 años como la Bella Raquel. Pronto pasaría a ser Raquel Meller, y con ese nombre artístico conquistó el mundo entero.
Tres años después, debutaba en el Teatro Arnau de Barcelona, estrenando La Violetera y El Relicario, convirtiendo en inmortales ambas obras del maestro José Padilla. Un matrimonio tumultuoso, una gira mundial. Eran los años 20 y ya era toda una celebridad, Su belleza, su elegancia, su voz y su talento interpretativo arrasaban allí donde iba. Charles Chaplin tuvo que escuchar una negativa a su propuesta de participar en "Luces de la ciudad". Pero la carrera en el cine no se hizo esperar: "Violetas imperiales" (1923) o "Carmen" (1926) son algunos de sus más sonados éxitos en el cine mudo. Que repetiría después en el cine sonoro.
En Francia, en los años 30, era una estrella rutilante, a la altura de los más grandes. Nadie podía imaginar que el cuplé, un género denostado por popular y poco refinado, podía llegar a ese nivel, copando los mejores escenarios. Incluso Sarah Bernardt le llamó "genio". Era el triunfo autodidacta de un talento imparable.
Décadas después. Lejos de los focos y de la fama, Raquel Meller, Paca Marqués de nuevo, como suele ocurrir, murió lejos de las multitudes que le aclamaban, en soledad.
Murió: el 26 de julio de 1962, en Barcelona.
Cantante, cupletista, actriz, musa de intelectuales, sex-symbol, mujer independiente... antes de todo ello, Paca Marqués trabajaba en un taller de confección barcelonés cuando alguien reparó en su voz. Debutó a los 20 años como la Bella Raquel. Pronto pasaría a ser Raquel Meller, y con ese nombre artístico conquistó el mundo entero.
Tres años después, debutaba en el Teatro Arnau de Barcelona, estrenando La Violetera y El Relicario, convirtiendo en inmortales ambas obras del maestro José Padilla. Un matrimonio tumultuoso, una gira mundial. Eran los años 20 y ya era toda una celebridad, Su belleza, su elegancia, su voz y su talento interpretativo arrasaban allí donde iba. Charles Chaplin tuvo que escuchar una negativa a su propuesta de participar en "Luces de la ciudad". Pero la carrera en el cine no se hizo esperar: "Violetas imperiales" (1923) o "Carmen" (1926) son algunos de sus más sonados éxitos en el cine mudo. Que repetiría después en el cine sonoro.
En Francia, en los años 30, era una estrella rutilante, a la altura de los más grandes. Nadie podía imaginar que el cuplé, un género denostado por popular y poco refinado, podía llegar a ese nivel, copando los mejores escenarios. Incluso Sarah Bernardt le llamó "genio". Era el triunfo autodidacta de un talento imparable.
Décadas después. Lejos de los focos y de la fama, Raquel Meller, Paca Marqués de nuevo, como suele ocurrir, murió lejos de las multitudes que le aclamaban, en soledad.